Aprendí hace poco lo de "izar la bandera para ver quién saluda" y la verdad que sirve a la perfección para hablar de dos de las tres series de las que os voy a hablar.
La primera va de una señora que le explota un volcán en la cara y le da igual, y la segunda de otra señora que puede ver más allá. Sorprendentemente, la primera es Galadriel en Los Anillos del Poder y la otra es la Abogada Hulka.
Todas las dudas existenciales que pueda tener sobre Bezos se desvanecen durante los episodios de una hora de Los Anillos del Poder (para volver en forma de remordimientos luego). Al parecer, Jeff forma parte del deplorable culto (así se refería Tolkien a sus fans) y después del yate para el yate quería dejarse la pasta en hacer su propia versión de la Tierra Media (sin casinos ni nada).
Y menuda versión. A pesar de la curiosa licencia (básicamente, sobre lo que hay escrito en los márgenes de JRR. Bastante grandes, pero márgenes al fin y al cabo) los escritores de la serie consiguen enhebrar una historia que encaja en el imaginario, que si bien no perfectamente (no nos engañemos, para eso habría que estar dentro de la curiosa mente de Tolkien), tampoco desentona excesivamente. Y a todo esto se le suma un presupuesto básicamente ilimitado (Numenor destaca particularmente) y Galadriel (sí, excesiva la mayor parte del tiempo. Pero mucho más disfrutable que el hortera de Legolas).
Sigo prefiriendo las tres pelis de Peter Jackson, pero para los que tengan miedo de repetir el fiasco de las pelis del Hobbit, podéis estar tranquilos. Aunque hay quejas razonables (y por supuesto, no razonables) sigue siendo una más que decente ventana a la Tierra Media. Tanto para profanos como para expertos, pero no para esos.
Por otra parte, aunque las herramientas del poder nunca servirán para desmantelar el poder (Audre Lorde, citada habitualmente por Marta Peirano) y por ello debamos siempre enmarcar la subversión de Abogada Hulka dentro del imperio Disney, sucursal MCU, tampoco debemos dejar de disfrutar el constante torpedeo a los incesantes tics de las pelis de superhéroes. Por fin la fuerza ilimitada de los pielesverdes cumple un propósito respetable: derribar el cuarto muro con gracia.
Tatiana Maslany (habrá que ver Orphan Black) consigue apabullar con constancia durante los nueve episodios de media hora de los que consta la primera temporada. Con una elasticidad facial que hasta consigue atravesar capas de efectos computerizados y un talento único para hacer lo milenial disfrutable para otras cohortes, resuelve el problema calístico de Ally McBeal y sí, se convierte en la mejor abogada de la historia de la comedia. Quizá también por la guionista Jessica Gao (yo no soy mucho de Rick y Morty, pero definitivamente "Pickle Rick" sería de lo que más me gustó) y su afilada transgresión (que sí, quizá no sea tal. Pero sea lo que sea, es definitivamente delicioso).
Aunque lamentablemente creo que es complicado que Abogada Hulka consiga encontrar a su público, creo que Marvel está encontrando cómo destilar los mejores y más originales elementos que tiene en su amplia librería y sacar series de televisión que consiguen innovar (véase también Ms. Marvel).
Por último, también me acabé recientemente Gargoyles (1994-1996, Disney; ahora en Disney+). Sí, es una serie para la gente pequeña, pero tiene una mitología la mar de apañada (algo así como Connor MacLeod pero de rostro más pétreo) y un poco precursora de meter sofisticación donde uno menos se lo espera. Con una pasión por los conflictos a tres bandas, algo de construcción de mundos y gustillo por argumentos interesantes, Gargoyles sorprende aunque no transciende. Seguramente se podría hacer una buena playlist de quizá 20 de sus casi 80 episodios que serían grandes candidatos a hacer un remake moderno en condiciones.
Aprovechando la coyuntura, un batiburrillo.
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