Aunque soy menos fan de Andre Agassi que de Debbie Harry y Blondie, creo que os recomendaría antes Open, sobre Agassi (y otra rubia), que Face It sobre "Dirty Harry". Pero eso simplemente es que como libro, Open es bastante superior... y necesita mucho más de las recomendaciones que esta radiografía no sólo de uno los fenómenos musicales de la historia, sino también de una era mitificada como pocas.
Los que quieran oír sobre *esa* Nueva York y sobre *esa* faraona perdonarán el caos que si bien debe ser un reflejo fiel del contexto del libro, confunde y avasalla al lector. Serán unas cuatro páginas de promedio por año, en las que apenas se vislumbra al sujeto del libro (si acaso, en un par de puñaladas de humor o en un par de ramalazos de entusiasmo que a pesar de todo sorprenden por venir de una de las más acreditadas reinas de hielo), pero que contienen suficientes anécdotas coloridas, ciertas o no, como para satisfacer al más mitómano.
Lo más destacable del libro quizá sea la facilidad con la que expone temas espinosos sin opinar, creo que no con ánimo de no ofender, o por vergüenza, sino por la esperable sobredosis de estar a la vuelta de todo que se le supone a la diva. Las cosas son como son y la realidad es demasiado compleja como para ser reducida a trescientas y pico páginas, pues eso dejaría menos espacio para el sexo, las drogas y el rock and roll.
Ojalá saber lo suficiente como para discernir, pero Debbie por supuesto que estuvo en Studio 54, y le tendremos que perdonar las posibles lagunas, intencionadas o no.
Comentar también que como buen libro-tótem, sospecho que las ediciones electrónicas deben perder parte del encanto de la legión de fan art que puntúa el libro. Por mucho que se empeñen en deforestar y contaminar, los fetiches digitales siguen sin ser lo mismo.