Una pequeña recolección de cosas que he visto últimamente en la pequeña pantalla.
Se trata de un vehículo para el mayor lucimiento del carismático Ryan Reynolds (es decir, Deadpool) y que nos enseña qué es lo que puede hacer Disney con la cantidad de propiedad intelectual que atesora. Free Guy es una comedia sobre videojuegos, pero así mismo es una reflexión sobre la inteligencia artificial accesible para todos (con todo lo bueno y malo que ello conlleva) más interesante de lo que parece. La curiosidad es un Taika Waititi desatado, aunque no siempre acertado (y quedarnos un poco con las ganas de que la película ponga a Ryan Reynolds y a Taika cara a cara- seguramente una gran oportunidad perdida).
Más atrás, Cruella. La verdad que detesté la peli sobre el Joker[1] y Cruella, aunque no sea una gran película, es una excelente demostración de cómo hacer una versión soportable de ese insulso y pretencioso Guasón. Quizá sea todo porque Emma Stone tiene más carisma y se preocupa más en entretener que en impresionar con su actuación que el amigo Joaquín.
Un poco decepcionante después de todo el hype que nos habíamos comido. Sí, Scarlett, el grandullón y la relevista lo hacen bien, pero todo lo demás es otra peli de Marvel de oficio aplicando una fórmula que funciona más o menos bien, pero que parece un poco un desperdicio que podía haber dado para más (pongamos en comparación con los Ant Mans, por ejemplo).
Saltando a las series, pero siguiendo con las maravillas... What If...? es otra muestra del poder del superratón; un derroche de animación de calidad para una de las mejores ideas de la casa del trepamuros: poner a los guionistas a trabajar en las discusiones que tenemos los fans después de las películas. Además, poderse salir de la (ejem) coherencia del universo por un ratito permite hacer gamberradas y arriesgar un poco más dentro de la fórmula (léase mi párrafo anterior sobre las aventuras de la sra. Romanoff).
Esto es otra gamberrada, esta vez en stop motion en vez de dibujo. La verdad que hace gracia, pero no acaba de cuajar su potencial. Va de un malo de segunda división de Marvel dándole el ángulo de su vida familiar y personal (por supuesto, en clave de comedia). La premisa es interesante, la animación le aporta un poco de frescura... pero nunca acaba de despegar y parece otra pequeña oportunidad perdida.
Agente Carter, en cambio, parece ser una serie que se beneficia (sobre todo si la comparamos con su hermana Agents of S.H.I.E.L.D) de su prematura cancelación. Nos deja dos temporadas muy notables, una espléndidamente británica Hayley Atwell (gran acierto el del ejecutivo que decidió darle este spinoff) y un amplio elenco de personas que encajan perfectamente en la estética de los Estados Unidos tras la segunda guerra mundial.
Siguiendo con la explotación del ratón de su propiedad intelectual, y con menos ruido que Lone Mandalorian and Cub, aquí tenemos cómo sueltan a unos cuantos estudios de anime a hacer cosas en el universo de los sables de luz. Desigual y quizá con más oscuros y claros (y no me refiero a la balanza ética), pero son pequeñas píldoras que se dejan ver y que nunca se hacen demasiado largas.
No. Es un fenómeno de masas, pero ahorraros esta pérdida de tiempo. El mayor riesgo es que os perdáis la nueva referencia cultural popular, pero habiéndola visto, os digo que del centenar de memes que me he tragado sobre esta infamia, creo que ninguno ha tenido gracia. Lo único bueno que he sacado son las ganas de revisar Perseguido del amigo Arnie, que ya casi ni la recuerdo.
Cada uno tendrá su propia idea preconcebida de lo que puede dar de sí "sitcom con autista y pingüinos". La verdad que a mí me convencía la idea y un elenco de actores sólidos le sacan todo el jugo a una premisa original. Quizá pierda pronto su momento en la coyuntura actual, pero también la podéis ver como un pequeño estudio sobre este preciso momento en el que vivimos.
Casi lo contrario que esta serie que se ha ganado merecidamente la clasificación de serie para ancianos perdidos en el mundo moderno. Yo debo serlo, porque salvo la curiosa voz nasal de Selena Gómez (que por otra parte, hay que tener narices para atreverse a dar la réplica a Steve Martin en su terreno), cada episodio de esta serie ha sido una reconfortante sopa calentita semanal. A destacar el espectacular "episodio sordo", que espero que se lleve algún premio.
En mi afán de repasar viejas glorias[1], me decidí a retomar esta serie de animación de la MTV de prestigio e intelectualidad. Aeon Flux es una confusa visión de un futuro distópico que aturde más que otra cosa. Tiene un par de golpes de ingenio (especialmente la primera temporada) y más de una perturbadora idea de ciencia ficción, pero la verdad que no merece demasiado el esfuerzo de escarbar (a no ser que uno quiera presumir de fondo de catálogo).