Me hallaba yo en un lugar de vicio y cultura [1] escuchando a la Claudine [2] y a otros seres de facciones menos suaves discurrir sobre la blogocosa [3] cuando me ha llegado (tarde, supongo), la psicoepifania sobre que si bien el blogoqué es un fenómeno de cola larga [4] y de cierto tipo de gafas, el tutubo [5] y demás ecosistema no sólo se plantea como cosa con masa crítica y opciones, sino que es toda una realidad.
La obscena ubicuidad de videocámaras (incluidas en los satánicos móviles) y la errr.... low barrier to entry que supone colgar un vídeo de baja resolución y sonido psicofónico (versus el tener que dar coherencia a un bloque de texto, lo que al parecer quieren hacer pocos) hace que ya, en mis queridas noticias de truculenta tres salgan espantos en flv- cuando yo de momento nunca les he visto diseccionar un fino y gafapástico post surgido de un blog de un inquieto esteta.
Sí, la sorprendente (e inaudita) conclusión es que el medio audiovisual se come al escrito en el mercado de masas. No crean, al parecer hay algunos que aún no lo han captado. La democratización de los medios no vino con la blogopelota, vino con los videos de primera por el internet.
[1] en un lugar de vicio y cultura